NOVENOS 2017

junio 21 DE 2017
¿VALE LA PENA SER MORAL?
1. Escoger y justificar la acción
Sólo los humanos somos capaces de escoger nuestra acción. Por acción no entendemos todo aquello que hacemos (hacer la digestión, respirar o caer enfermo no son acciones), sino aquella actividad que hacemos de una forma consciente y voluntaria. Desde esta determinada perspectiva, los animales no realizan acciones; su conducta no es consciente ni voluntaria, sino genéticamente determinada. Ciertamente, los humanos estamos genéticamente condicionados, pero hemos llegado, en nuestro proceso evolutivo, a ser capaces de interponer el pensamiento entre el estímulo y la respuesta.
La conducta animal tiende a ser programada, automática: el estímulo y la propia biología determinan unívocamente y sin error la respuesta.
La conducta humana a menudo es parecida a la conducta animal, pero el ser humano —un organismo bastante más complejo— necesita hacerse cargo de la situación y escoger una de les diferentes posibilidades. Con su libertad y responsabilidad, le es preciso decidir y justificar su acción.
En las acciones humanas confluyen elementos como motivos, intenciones y fines, resultados y consecuencias; todos queremos que nuestras acciones tengan sentido y que éste sea comprensible por quienes nos rodean. Por todo eso, nos es preciso justificar o «hacer justa» nuestra elección. Por otra parte, los humanos podemos cerrar los ojos a esta necesidad de nuestra especie y vivir de una forma típicamente animal, sólo nos es preciso «pasar» de justificar las acciones todo olvidando la propia racionalidad.
2. Tipos de personas
Según como asumamos nuestra posibilidad de escoger y justificar nuestras acciones podemos hablar de diferentes tipos de personas.
  1. Personas morales. Personas que se plantean problemas morales, que quieren justificar su comportamiento, razonando su decisión y actuación.
2.     Personas inmorales. Personas que reconociendo las normas y los valores de su sociedad, los infringen y viven de espaldas a ellos, poniendo el propio interés por delante de todo. Sólo respetan las normas si de eso se desprende un beneficio. Para los inmorales es imprescindible que los además sí respeten las normas, del contrario tendrían que replantear su actuación.
  1. Personas amorales. Personas que no aceptan la necesidad de justificar su comportamiento, indiferentes a cualquier cuestión moral e incapaces de preocupación moral por las otras. Todo vale mientras se obtengan buenos resultados, especialmente, resultados económicos. Parece imposible que un ser racional pueda ser amoral: todos tenemos la necesidad de elegir y justificar lo que hacemos, no podemos actuar siempre automáticamente.
  2. Personas desmoralizadas. Personas que habían aprendido y asumido pautas morales pero que ahora, por factores como falta de coraje o de resistencia, por desorientación en un mundo cambiante o por simple contagio social, se han devaluado o soterrado sus exigencias. Se ha difuminado el norte que antes guiaba sus vidas.
¿Con cuál de estos tipos de persona querríamos ser identificados? Quizás sea el momento de hacernos otra pregunta: "¿por qué hemos de ser morales si no serlo parece ser que puede comportar ventajas?" Es la misma pregunta que de una forma más concreta ya se formulaba el pequeño Wittgenstein: "¿por qué tendría que decir la verdad si me puede ser beneficioso decir una mentira?" Es una cuestión que todos los filósofos se han planteado.

3. El mito de Giges
Platón, filósofo griego muy amante de los mitos, cuenta en su diálogo La República la historia de Giges, un hombre que era moral o justo porque no tenía otro remedio, pero que va a ser inmoral o injusto cuando se invierten las circunstancias.
«Giges, un pastor que servía al rey de Lídia, estaba un día con su rebaño en las montañas cuando se desató una fuerte tormenta. Repentinamente, de un seísmo se abrió un trozo de tierra y se hizo una honda grieta. El pastor, maravillado, bajó por aquella hendidura y entre otras cosas prodigiosas contempló un caballo de bronce, vacío, con unas pequeñas puertas. Asomó la cabeza y se encontró con un cadáver de talla superior a la humana. Estaba desnudo y sólo tenía en un dedo un anillo de oro. Giges sacó el anillo y salió de allí. Pasados unos días, asistió, llevando el anillo, al encuentro mensual de los pastores para preparar la notificación al rey del estado de sus rebaños. Sentado entre los otros, hizo girar por azar el anillo encarando su grabado con la palma de la mano.
Acto seguido, sus compañeros se pusieron a hablar de él como un ausente: se había hecho invisible. El pastor, maravillado, se daba cuenta de que cuando el grabado del anillo miraba hacia el interior de la mano, se hacia invisible, cuando miraba hacia el exterior, volvía a ser visible. Comprobada la eficacia de su anillo, maniobró para ser uno de los mensajeros enviados a palacio para informar al rey. Una vez en palacio, utilizando el poder del anillo, accedió a las habitaciones de la reina y la sedujo; con la ayuda de ella preparó una trampa al rey, lo asesinó usurpándole la corona.»



El mito de Giges ilustra el punto de vista según el cual todo el mundo, si puede, es inmoral en beneficio propio. Más aún, si alguien dotado de un poder parecido al de Giges se abstiene de cometer injusticias y de apropiarse de los bienes de otros, sería considerado un desgraciado y un tonto. Porque nadie es justo voluntariamente: todo el que puede es injusto y la injusticia es más ventajosa que la justicia.
Pero, como podemos sospechar, no es este el punto de vista que defiende Platón. El portavoz de su pensamiento, Sócrates, está convencido que por muchos beneficios que aparentemente se puedan sacar de una actuación injusta, ésta no es respetada ni por su mismo autor. El comportamiento del hombre injusto es insostenible. Avanzado el diálogo, Sócrates afirma que los humanos no podemos sino esconder las acciones injustas; quién las hace, sólo puede vivir disimulando, protegiéndose y temiendo que los otros actúen como él. Vivir así no es un vivir feliz.
Por otra parte, el mito de Giges insinúa el modelo de comportamiento del hombre moral: el que actúa con justicia pudiendo actuar injustamente, como si poseyese un anillo.

4. Ser la persona que deseamos ser
Aparte del mito de Giges, es innegable que una persona puede actuar injustamente y no pasarle aparentemente nada. Es por ello que, independientemente de los muy respetables móviles religiosos, de las imposiciones por parte de alguna autoridad, de premios o castigos, aún seguimos preguntándonos: ¿por qué merece la pena ser una persona moral?
En nuestros mejores y más generosos momentos, sabemos el tipos de persona que nuestro yo más íntimo desea ser. No nos importa sólo el tipos de persona que somos sino también el tipos de persona que, como seres racionales y libres, pensamos que estamos llamados o destinados a ser. Ser fiel a este yo mejor se centra más que la autorrealización, la auto optimización, o sea, la realización de lo mejor que hay en nosotros. Éste es nuestro deber y aquí se encuentra el corazón de la moralidad.
«La actividad moral es un requisito esencial para la autoestima adecuada de un ser racional. Fracasar a este respecto es dañarse uno mismo donde más duele y donde más debe doler: en la imagen que uno tiene de sí mismo.»
Este esfuerzo moral merece la pena porque permite estar en buenas relaciones con un mismo y, indudablemente, hace crecer la autoestima, la imagen que uno tiene de sí mismo. ¿No implica eso un aumento de nuestro bienestar?

5. Evitar ser un imbécil
Uno de los retos que toda persona tiene a la vida es el de evitar ser un imbécil. No imbécil en el sentido psicológico de persona que sufre alguna patología mental, sino imbécil en su sentido original, de persona físicamente sana pero que necesita un bastón de soporte para ir a por la vida. Es sabido que la palabra "imbécil" deriva del latín "baculus", que significa "bastón". Así, un imbécil morales aquella persona que necesita un apoyo exterior a ella misma (como por ejemplo la opinión de las otras), porque tiene su capacidad crítica o su consciencia desactivada.

«Lo contrarío de ser moralmente imbécil es tener conciencia. (…) ¿En qué consiste esa conciencia que nos curará de la imbecilidad moral? Fundamentalmente en los siguientes rasgos:
  1. Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir y además vivir bien, humanamente bien.
  2. Estar dispuestos a fijarnos en sí lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no.
  3. A base de práctica, ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugne espontáneamente hacer.
  4. Renunciar buscar coartadas que disimulen que somos libres y por tanto razonablemente responsables de las consecuencias de nuestros actos».
             Fernando SAVATER Ética para Amador

Ser moral implica buscar racionalmente la manera de vivir mejor, de llevar una buena vida junto con los otros seres humanos. Esta exigencia sólo se satisface siendo una persona reflexiva, responsable y libre, lo cual nos aleja de toda imbecilidad moral.





Abril 04 de 2016
lectura sobre la MORAL
LA MORAL



Queridos estudiantes, reciban un cordial saludo, la lectura que les brindo en el enlace deben realizarla de manera individual y establecer, al menos tres conceptos que den soporte a la ética. Esta ideas que surjan de su lectura consciente y analítica serán el insumo para la siguiente clase

CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA ÉTICA.

HOLA Queridos estudiantes, aca les dejo el enlace de esta lectura que nos muestra la importancia de la ETICA en nuestras vidas, por favor léanlo, compréndalo y saquen sus ideas centrales para poder realizar una clase mas agradable y participativa.

LA ETICA EN MI VIDA.

Para resolver las preguntas del estudio de caso, se recomienda leer el siguiente documento:

CARACTERISTICAS Y PRINCIPIOS DE LA ETICA

La palabra ética viene del griego, que significa forma de conducirse, modo de vivir y significa además la Ciencia de las buenas costumbres, de la las buenas acciones. También significa un conjunto de principios, valores y normas que regulan la conducta humana. La palabra ética además es empleada para valorar la conducta de los profesionales, los políticos, los servidores públicos y, con ellos, emitimos un juicio de valor sobre sus actuaciones en sentido positivo o bien negativo, usando un marco de referencia, que son los principios, valores y normas éticas.

CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA. 
1.       Su objeto son los actos humanos.
2.        Se fundamenta en la naturaleza racional del ser humano que sabe diferenciar entre bien y mal, entre lo correcto y lo incorrecto. 
3.       Como somos libres de elegir, somos y nos sentimos también responsables de lo que decidimos, debiendo por lo tanto asumir las consecuencias de nuestros actos. 
4.       Tiene como fundamento la naturaleza imperfecta, pero perfectible del ser humano. Como seres humanos tenemos defectos, pero en nuestra misma naturaleza está el potencial espiritual que nos permite esforzarnos día a día por ser mejores. 
5.       La ética es una disciplina normativa. Su propósito último es definir y establecer normas o reglas de conducta que postulan deberes que la persona debe cumplir. 

PRINCIPIOS ÉTICOS.
Los principios éticos son postulados que tienen valor por sí mismos. Son axiomas morales,  verdades evidentes de aplicación universal. Son los pilares que sustentan la formulación de reglas éticas de conducta. 

Son principios éticos fundamentales los siguientes: 

1.       El principio del bien: Haz el bien y evita el mal, es el principio ético connatural del ser humano y es el que contiene a todos los demás principios éticos. 
2.        El principio de la vida. La vida es el primero y más importante derecho del ser humano, es el soporte de los demás derechos humanos. (Art.3 Declaración Universal de los Derechos humanos. Arto. 23 de la constitución). 
3.       El principio de la dignidad: Toda persona tiene valor por sí misma. Dignidad es sinónimo de grandeza, importancia, valor, merecimiento, buena reputación. La dignidad del ser humano se refiere a la importancia que tiene toda persona por el hecho de ser un ser humano. Es la base de la consideración y del trato educado que merecen todas las personas. 
4.       El principio de la igualdad: Todos somos fundamentalmente iguales. Nadie vale más que nadie. Nadie vale menos que nadie. El art 1 de la Declaración de los humanos dice "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos". 
5.       El principio de la libertad: La persona por naturaleza es un ser libre y para la libertad. 
El principio de solidaridad: Se refiere a la disposición de los seres humanos a prestarse apoyo y ayuda mutua. Todos necesitamos de los demás para atender nuestras necesidades, del mismo modo que los demás necesitan de nosotros. 


MARZO 6 DE 2016


MORAL Y ÉTICA


Se diferencia en que la ética es el estudio filosófico y científico de la moral y es teórica mientras que la moral es práctica. La ética trata sobre la razón y depende de la filosofía y en cambio la moral es el comportamiento en el que consiste nuestra vida. Etimológicamente “ética” y “moral” tienen el mismo significado. “moral” viene de latín “mos” que significa hábito o costumbre; y “ética” del griego “ethos” que significa lo mismo. Sin embargo en la actualidad han pasado a significar cosas distintas y hacen referencia a ámbitos o niveles diferentes. La moral tiene que ver con el nivel práctico o de la acción. La ética con el nivel teórico o de la reflexión. Moral es el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento. La moral nos hace actuar de una determinada manera y nos permite saber que debemos de hacer en una situación concreta. Es como una especie de brújula que nos orienta, nos dice cuál es el camino a seguir, dirige nuestras acciones en una determina dirección. La brújula nos indica el camino. En la vida hay que intentar no perder el norte. Ética es la reflexión teórica sobre la moral. La ética es la encargada de discutir y fundamentar reflexivamente ese conjunto de principios o normas que constituyen nuestra moral. Como conclusión: moral y ética se plantean cuestiones distintas. La moral tiene que ver el nivel práctico de la acción y trata de responder a la pregunta ¿qué debo hacer?; la ética con el nivel teórico de la reflexión y trata de responder a preguntas del tipo ¿qué es la moral? ¿cómo se aplica la reflexión a la vida cotidiana? Empecemos a hacer ética respondiendo a la primera pregunta: ¿qué es la moral? Para ello definiremos: acciones morales, normas morales, valores morales y dilema moral. Diferencia entre ética y moral El uso de la palabra ética y la palabra moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será necesario nombrar las características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y diferencias. 1. Características de la moral. La moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad. 2. Características de la ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta. 3. Semejanzas y diferencias entre ética y moral. Los puntos en los que confluyen son los siguientes: En los dos casos se trata de normas, percepciones, debe ser. La moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir de generación en generación y la ética es un conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad. Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes: La moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecida en el seno de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. Una segunda diferencia es que la moral es un conjunto de normas que actúan en la conducta desde el exterior o desde el inconsciente. En cambio la ética influye en la conducta de una persona pero desde si misma conciencia y voluntad. Una tercera diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas morales impera el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo. Es decir en las normas morales destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal. El fundamento de la norma ética es el valor, no el valor impuesto desde el exterior, sino el descubierto internamente en la reflexión de un sujeto. Con lo anterior podemos decir existen tres niveles de distinción. 1. El primer nivel está en la moral, o sea , en las normas cuyo origen es externo y tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto. 2. El segundo es la ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un origen interno en la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral recibida, pero su característica mayor es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentante. 3. El tercer es el de la ética axiológica que es un conjunto de normas originadas en una persona a raíz de su reflexión sobre los valores.








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